sábado, 25 de diciembre de 2010

Con las nubes pegadas al pelo

Todos tenemos días de esos en los que las nubes se te pegan al pelo. 
Te desperezas antes de que amanezca y sales al pasillo, oscuridad longitudinal. Levitas cual ente hasta el balcón y te asomas con curiosidad esperando ver cualquier cosa que se salga de lo normal, pero nada, solo ves monotonía. Piensas "otro día será". Pero no, otro día no será, por eso vas a hurtadillas hasta la caja de las llaves y tomas prestada la de la azotea. Rescatas la trenca que tenías abandonada a su suerte entre la maraña de pantalones y te diriges a la puerta. Tras cerciorarte de que no has despertado a nadie subes las escaleras en bucle hasta la azotea. Las subes con prisa, con ligereza, casi con angustia y entonces sientes el aire, ya está, has llegado, te asomas y ves el mar de gente y coches que se extienden bajo tus pies. Respiras hondo, una bocanada de aire mañanero te hace sentir libre, notas como tus pies se levantan del suelo...las nubes se están acercando a tu pelo... 
imagen: maría souto

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