martes, 28 de diciembre de 2010

Amanece sobre mojado

Pensó que un año de sonrisas era demasiado tiempo para compartir su corazón...
Continuó arrastrando los pies por la pasarela de madera arenosa (le gustaba sentir aquella pequeña fricción sobre su piel)
Nunca creyó que durante tantos días, horas, minutos...alguien ocuparía ese hueco escondido en sus entrañas, pero la razón había dado paso a los sentimientos y estos hablaban a gritos.
La arena entró en contacto con las plantas de los pies y un escalofrío recorrió todo su cuerpo estallando en forma de sonrisa. 
Sonrisa...qué extraño...hacía meses que no se encontraba con ella...y sin quererlo supo la respuesta...estaba amaneciendo y el sol inundaba su mente de recuerdos veraniegos junto a ellas, ellas eran el estímulo, ellas eran el punto de inflexión, ellas eran el amanecer, su amanecer.
Se recostó sobre la arena y dejó que sus dedos se hundieran en aquellas conchas desechas...
Nada le había hecho pensar que los días grises lo fueran por el cielo encapotado, sino porque sabía que estaban lejos, a kilómetros de ella, pero el viento soplaba fuerte y le recordaba que nadie en toda su vida le había aportado tanta felicidad como ellas.
Hizo de sus manos un reloj de arena...
Pensó otra vez en ese año de sonrisas...sonrió,llegaba otro año más de sonrisas...volvió a sonreír...

(Porque aún en la distancia me hacéis sonreír)


                                                                                                       imagen: maría souto

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